Algo de música...

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lunes, 27 de enero de 2014

Gritos de muerte

La vida es un grito. Un grito de dolor, de auxilio. Una breve llamada a la muerte. Vivir es gritar. A veces son gritos llenos de fuerza, de vida, de ganas de vivir. Pero otras no. Otras veces son gritos ahogados, afónicos, que piden a la muerte ayuda, voces débiles que pronuncian la petición que la muerte acepta recogiendo el alma de la desdichada voz. La muerte vive recogiendo gritos, recogiendo susurros que piden socorro. Se podría decir que la muerte es una recolectora de gritos de  muerte.

A.F.

martes, 21 de enero de 2014

La fama

La fama es otro tema del que me han pedido que escriba, así que allá voy.

Situémonos. La fama; normalmente relacionada con el dinero, con los famosos, con la popularidad. Con la típica frase de "se le ha subido la fama a la cabeza"... No quiero empezar a escribir precisamente los significados de la fama y todo eso, no estoy dando clase... pero sí que quiero mostrar un poco mi punto de vista.

Veo la fama como un periodo de tiempo más, al igual que las horas, los días, los años... como una acumulación de momentos (o a veces simplemente de tiempo). Los conocidos "momentos de fama" son sólo momentos en los que algo o alguien se da a conocer y está en boca de todos. Pero acaban pasando, y el olvido se acaba haciendo con ellos. Es un fragmento más del tiempo de vida de cada uno, aunque no todos lleguen a experimentarlo. No puedo hablar de los que sí lo han llegado a experimentar, ya que no es mi caso, ni el de nadie que conozca. Pero sí de lo que veo. De lo que veo en la gente que no lo es e intenta serlo, sea positiva o negativa la razón. No veo importancia en las razones de la gente, respeto que cada uno piense a su manera y encuentre motivos por los que querer su momento de fama, su pequeño fragmento especial en la vida. Lo que ya no me parece tan... humano, es cómo lo intentan conseguir. Hay modos tan descabellados, tan vergonzosos que... que hacen perder puntos a la humanidad. Y he de confesar que muchos puntos acumulados no tenemos. Pero en fin.

La cosa es que la fama, el mejor momento de fama que una persona pueda experimentar ocurrirá cuando se muestre tal y como es, cuando demuestre que es alguien real, y no lo que el resto quiere que sea. Puede ser un momento, o más de uno, que dure unos segundos o puede que toda la vida, porque sigue siendo tiempo. Pero la verdadera fama es esa, la que permite a los demás verte, más allá de tu exterior. Esa es la fama "de la buena".

A.F.

martes, 14 de enero de 2014

Superficialidad

Hoy me centraré en la petición de escribir mi opinión acerca de la superficialidad.

La gente completamente superficial es eso, tan sólo "gente", ya que valora a las personas a través de los ojos, y no a través del alma. Es decir, a la hora de mantener una relación (sea de amistad o afectiva), se decantan más por la gente atractiva y con un buen físico, antes que por personas que no poseen dichas cualidades. Muchos pensarán que es lo que la mayoría hace, que la mayoría prefiere a gente atractiva antes que a gente que no lo es. Pero se olvidan de que el atractivo es algo relativo, de que el atractivo de una persona varía según el punto de vista. Porque según con qué ojos mires a alguien, lo puedes ver de una u otra forma, te puede parecer alguien sencillo al principio, y después, a medida que lo vas conociendo aprendes a mirarlo como se merece, y su atractivo termina por ser totalmente distinto. La gente superficial se olvida de que existe una distinta personalidad en el interior de cada persona. Y por ello, acaba despreciando a las personas cuyo valor es verdaderamente incalculable. Gente que se olvida de que es gente, aquella que a veces termina cumpliendo la función de un espejo, diciendo todo lo que refleja alguien físicamente y nada más. No miran el interior, al igual que los espejos.

Últimamente la densidad de gente superficial es cada vez mayor, porque es así como enseña la sociedad a pensar. No sé, pero cada vez hay más personas que pierden su propia personalidad mientras intentan cambiar su físico a mejor. Mejora que impone la sociedad. Modelos esqueléticas a seguir, con larga melena y así quieren ser todas. ¿Para qué? Para conseguir la acepción de la sociedad. ¿Por qué? Porque no hay más que superficiales por todas partes. Porque hay tan pocas personas que se molestan en mirar el interior de los 'no-atractivos' que da hasta miedo.

Yo sólo digo que la sociedad de la que tanto nos quejamos (y me incluyo, porque yo soy la primera en manifestarme contra ella), no cambiará si no cambiamos nosotros. Y lo único que tenemos que hacer es aprender a valorar a las personas como personas, y no como cuerpos bonitos o no tan bonitos. Pero es algo que se debe hacer entre todos, y dudo que eso ocurra. Aunque, para que veáis lo que os perdéis, mirad la foto y reflexionad un poco...


Contestadme a algo... ¿Realmente se ve el interior a través de lo que se puede ver por fuera?
A veces las apariencias engañan. A veces somos mejores de lo que creemos. A veces tenemos que olvidarnos de lo que la gente dice y escucharnos a nosotros mismos. A veces, tenemos que ser un poquito más humanos.

A.F.

lunes, 13 de enero de 2014

Existencia humana... ¿inútil?

Cuatro mil quinientos millones de años transcurridos, y los que le quedan todavía a la Tierra. A nuestro planeta, al mundo del que hemos tomado el control sin tener ni idea. Un mundo que tarde o temprano llegará a su fin. La pregunta del millón... ¿qué pasará después, cuando todo termine, cuando nuestro planeta llegue a su fin? ¿Qué nos pasará? ¿Desapareceremos así, sin más, como aparecimos? ¿No quedará rastro de nuestra desastrosa presencia? ¿Quedará algo o alguien que note nuestra ausencia? ¿Acaso sobreviviremos? Y podría añadir miles de preguntas más que se me pasan frecuentemente por la cabeza. ¿Por qué existimos? ¿Para qué? Para auto-destruirnos desde luego no creo que estemos aquí presentes. Y es lo que hacemos, pero bueno. Así demostramos nuestra supuesta inteligencia avanzada. Genial.

Pero la cosa es... si todo lo que tiene un principio, también tiene su final, la Tierra también lo tendrá. Y entonces... ¿para qué todos estos miles de millones de años? ¿Por qué? Si algún día no seremos más que un vago recuerdo para los que ahora nos observan desde otras galaxias. Ni eso, no somos nada si nos paramos a pensar en todo lo que hay más allá. Y si añadimos las cosas de las cuales no tenemos información, ni idea de que existen, no llegamos ni a ser el primer grano de arena de todo un desierto. Algún día llegará un fin que no presenciaremos. Al menos nosotros. Pero sí los que vivan en un futuro en nuestro planeta, planeta que destruimos a pesar de saber que por si sola ya llegará a su fin. Lo único que estamos haciendo es acelerar el proceso. Pero... ¿acaso importa? Es decir, ¿para qué queremos vivir más años que los que la Tierra esté dispuesta a vivir?

Y por último... la humanidad. ¿Qué pasa con la humanidad? Existen Leyes creadas como soluciones, y lo único que hacen es crear más problemas. ¿Qué... qué es esto? Tenemos a la gente considerada importante en un altar, gente que ha hecho de todo y ha ganado sus respectivos premios, y la gente que vive muerta a sus pies. La gente que ha tenido una oportunidad en la vida y la ha sabido aprovechar, y gente que triunfaría si pudiera. Pero no puede. ¿Por qué? Porque nuestras "maravillosas" Leyes lo prohíben, aunque lo hagan indirectamente. Y hasta aquí la humanidad, no me gusta hablar de la gente. Y menos si cada vez hay menos personas. Repito, personas. No os confundáis.

Resumiendo, vivimos en un mundo que comenzó y acabará, como nosotros, como todo, como este texto. Y ya está.

A.F.

viernes, 10 de enero de 2014

Cuando la mirada grita lo que la boca oculta

Pasa cuando las miradas se cruzan, miradas intensas que ocultan lo que el alma lleva dentro. Miradas sinceras que dejan al descubierto la verdad que el cerebro insiste en ocultar. No sólo son miradas, son confesiones del dolor acumulado por las pérdidas, el abandono o el odio hacia uno mismo. Son miradas verdaderamente especiales, únicas, que gritan lo que la boca oculta. Gritan la rabia que el alma ha ido acumulando, gritan pidiendo auxilio.

Cuando la mirada grita lo que la boca oculta, ocurre que se acaban mostrando los secretos mejor guardados bajo llave, en la mente. Pero para ello hace falta un receptor, otra mirada que complete la conexión entre ambas. Unos nuevos ojos que reciban toda la información que no se vea a simple vista, lo más profundo del emisor, su dolor, la verdad. Una mirada que capte el mensaje, que entienda el malestar del emisor. Una comunicación casi telepática, brillante, aunque dolorosa.

Y tan sólo son miradas, pero miradas que gritan lo que se esconde en la profundidad del alma del emisor.

A.F.

09/01/14

Son días oscuros

Días en los que no te apetece abrir los ojos, levantarte y salir a vivir. Son días en los que no quieres ni despertar, días en los que te sientes más muerta que con vida. Y esos días se convierten en semanas, incluso meses. Meses que transcurren mientras ves el mundo con los mismos ojos, pero sin alma. Semanas en los que dudas de tu presencia. No te sientes, no sientes nada. Son días oscuros, pero te acostumbras a ellos. Casi tanto que vives muerta, juegas con la posibilidad de huir, pero no quieres. Todavía no. Quieres quedarte y sentirte querida, sentir a alguien a tu lado, pero no hay nadie porque desconfías. Desconfías hasta de tu propia sombra, y eso te hace débil. Débil en un mundo de fuertes, no encaja. Pero tienes un poco de esperanza y sigues, ya no caminas, ni corres, pero sí que continuas avanzando. Pareces un fantasma deambulando… pero, ¿sabes qué? Estás brillando, eres un fantasma que brilla en la oscuridad. Porque son días oscuros.

A.F.

07/01/14

Entradas antiguas

He aquí las entradas que escribí en mi anterior blog, que ha sido eliminado por razones todavía desconocidas.

Hay que pensar bien antes de romper un vaso 9/05/13
Imagínate que tienes un vaso. Un vaso que rompes por una tontería, pero lo rompes. Intenta arreglarlo con un perdón, con una disculpa. ¿A que no se ha arreglado? Ahora une las piezas rotas con pegamento. Aunque aparentemente ya se haya arreglado, por dentro sigue estando roto, y, además ya no vuelve a ser tan fuerte como antes. Con esto te darás cuenta de que hay que tener cuidado con lo que se dice o hace, porque al final tendrá consecuencias que por mucho que quieras no se podrán arreglar.

Cuestión de peso 16/05/13
Pensad un poco, ¿cuándo da mejores vibraciones un regalo, cuando pesa  mucho o poco? ¿Y con los dulces, cuantos más, mejor, no? Y entonces, ¿por qué siempre vais a por las personas más delgadas, a por las que menos pesan?

Imaginad ahora que os mudáis y tenéis que meter todos los objetos en cajas. En cada caja metéis muchos objetos de poco valor, pero que para vosotros significan mucho, porque cada pequeño objeto guarda miles de recuerdos y sentimientos diferentes. Ahora decidme, ¿dónde habrá más objetos valiosos, en una caja que pesa mucho o en una que pese poco? Entonces, repito, ¿por qué tenéis la superficialidad de ir a por las personas que menos pesan?

Eh tú, sí tú, SONRÍE 20/05/13
En la vida nos encontraremos de todo. Cada detalle, por muy pequeño que sea, será muy importante para seguir adelante. Cada vez que te hundas, si quieres llora, grita, cuéntaselo a alguien especial, pero sobre todo desahógate y…

“Levanta la cabeza princesa, que se te cae la corona”

Que la vida no está para perder el tiempo sufriendo, es un regalo que hay que aprovechar cada momento, hay que abrirlo poco a poco hasta descubrir lo que lleva dentro.

Aunque el abrir el regalo suponga esfuerzo, tiempo, y puede que hasta sufrimiento, merece la pena siempre que no te rindas y tengas paciencia. Todo llega.

“La vida es cuesta arriba, pero la vista es genial”

Lo que al final descubrirás dentro de ese regalo, será tu propio reflejo con una gran sonrisa, porque eso es lo mejor que hay en la vida, lo más bonito:

LA SONRISA QUE A PESAR DE TODO OFRECES AL MUNDO, ENCONTRANDO LA FELICIDAD.

¿Amigos? 04/06/13
Vamos a ver. ¿Cuántos tipos de amigos hay? Últimamente muchos, ¿no? Y, ¿cuántos debería de haber? Difícil respuesta, ya que siendo “UNO, EL DE LOS AMIGOS VERDADEROS” lo que habría que decir, ahora apenas se puede. Porque cada día se considera (digo que se considera porque no lo es) más normal ir de amigo en amigo, como de flor en flor. Con esto no me refiero a que esté mal pasar un día con uno y después, al día siguiente, estar con otro, me refiero a que no es normal que después de haber estado plácidamente con uno, pasar a estar con otro olvidándose completamente del anterior. Personalmente, yo no consideraría “amigos” a esas personas. Encima luego, lo peor es que vuelven, felizmente como si nada hubiera pasado, así, sin más. Pues no, la cosa no es así, los amigos (perdón, “amigos”), no tendrían que utilizarte, tendrían que saber ayudarte y apoyarte sin tener que pedirlo, tendrían que hacer que la vida tuviera sentido hasta en los peores momentos, los amigos tendrían que darte sin recibir nada a cambio. Porque sabrían que después, en sus peores momentos estarías tú, ayudando y apoyando, dando sin recibir. Esos son los VERDADEROS AMIGOS. Así que ahora, apreciad cada amigo vuestro, y daros cuenta de quiénes son vuestros verdaderos amigos, porque, si no lo son, no merecen la pena.

“Porque un amigo no se lleva en la boca, se lleva en el corazón”

La madurez 06/06/13
Que la madurez no es sólo para las frutas, que también es para las personas. Porque sin la madurez, no podríamos comprender lo que de verdad importa, no podríamos mantener los amigos que tenemos, porque al final, los amigos se cansan de la inmadurez. Tenemos que madurar para aceptar la realidad, para aceptar que la vida no es un juego de niños, que la vida es LA VIDA y hay que saber vivirla. Hay que entender que la vida no es fácil, que el que más lucha tendría que ser el que más ganara y que no se gana nada sin esfuerzo. Que hay que soñar, sí, pero también hay que luchar para conseguir que esos sueños se hagan realidad. “Si no caminas, no avanzas”. Y todo esto se va comprendiendo con la madurez, que demasiada gente se lo ha dejado a las frutas.

Esencia de canela 13/06/13
- Te quiero. Lo sabes, ¿verdad?
- Sí.
- Pues no lo olvides, jamás.
- No lo haré. Tú tampoco olvides que te quiero, y que siempre te llevaré conmigo en el corazón, por muy lejos que me vaya.
- Tranquila, abuela. Al fin y al cabo, el cielo no está tan lejos y encima te podré ver a cada hora con solo mirar arriba.
- Seguiré cuidándote, siempre. Pero por si acaso, toma esto.
- ¿Qué es?
- Tú cógelo y no preguntes más. Creo que ha llegado la hora… Te quiero.
- Abuela, no te vayas…

En ese momento eché a llorar, se había ido. Había cerrado los ojos para siempre y se había marchado al cielo. Lágrimas caían por mis mejillas, llenas de preciosos recuerdos que había vivido con ella, la mejor persona del mundo. No podía parar, fue demasiado duro que se fuera para no volver nunca. Aquella mujer, me enseñó todo lo que sé, me ayudo con todos mis problemas y me preparó la mejor comida del mundo. Fue ella la que se hizo cargo de mí, cuando murió mi madre, cuando yo tan sólo tenía dos años.

Ahora, me había quedado sola con mi abuelo, un hombre admirable, pero solitario. Mi abuela le había querido demasiado, ella se enamoró del corazón de él, y él de la esencia de canela que desprendía ella.

Un poco de felicidad... 15/07/13
¿Nunca os pasa que lloráis sin razones? ¿O que coméis sin apetito? ¿O que dormís sin tener sueño? Es normal, no lo voy a negar. Pero… ¿Qué pasa si reímos sin razones? ¿Qué pasa si empezamos a partirnos de risa sin motivo? Pasa que somos felices, felices sin motivos ni razones, pero felices.

La felicidad sin sentido, la que nos alegra sin motivo, la que nos da más ganas de vivir aún. ¿Que con qué cosas os podéis alegrar? Con las más pequeñas, cada mínimo detalle tiene una pequeña alegría. A mí, por ejemplo, cuando me dicen que soy una chica especial, aunque no sea muy a menudo, me alegra mucho. Detalles pequeños como esos, resultan ser muy grandes, pero hay una cosa, también hay que saber valorarlos.

Imaginaos juntar todas esas pequeñas alegrías, para una felicidad inmortal, ¿no sería genial? ¿Sería una posibilidad de cambiar el mundo? Algo así como… “Sonreír por un mundo más alegre”. Lo único que tenemos que hacer es contagiarnos la sonrisa en vez de las lágrimas, es más fácil que llorar, ¿no?

Pues eso, que si encontráis razones para llorar, encontraréis aún más razones para reír, así que, ¡a ser felices se ha dicho!

¿Cuál es el mayor problema del mundo? 19/08/13
Una pregunta importante que me hicieron hace un par de días. Os quiero mostrar mi respuesta:

Buena pregunta. Creo que no tiene respuesta, sólo puede haber opiniones. Me explico, para alguien que se preocupa por los demás, por ejemplo, el hambre en el mundo o el racismo, o el maltrato. Para alguien que piensa que el mundo gira a su alrededor, pues que no haya cámaras suficientes para grabarle, o el no tener alguna manera de llamar la atención. Para un niño el mayor problema puede ser quedarse sólo en casa, o que no haya pastel de chocolate en su fiesta de cumpleaños. Para alguien detallista, no tener el último detalle perfecto preparado. Para un vividor, no tener vida. Para un suicida, tenerla. Para unas hormigas, no tener suficiente comida para el invierno. Etcétera. La respuesta sería que según el punto de vista de quien lo responda. Para mí, el mayor problema del mundo es que la mayoría no respeta esos diferentes puntos de vista, que a gente con muchísima razón no se las escucha, y que haya personas que se crean superiores a otras, sólo por la cantidad de dinero que tienen en los bolsillos. Todos somos iguales desde un punto vista. Pero también diferentes desde otro.

“Un día sin reír es un día perdido” 03/09/13
Por eso mismo, hoy intentaré haceros reír con una pequeña historia de lo que me pasó cuando era más pequeña.

Un día de verano, hacia el 2006 o así, yo saltaba las olas de la orilla feliz de la vida, seguramente haciendo bastante el ridículo, cuando un niño más pequeño que yo se acercó y empezó a imitar lo que yo hacía, hasta me seguía. Claro, yo con mi chulería entré mas adentro al mar y él me siguió. Yo eso no lo toleraba y seguía hacia dentro, hasta que él dejó de seguirme. Llegué hasta el punto de pensar que estaba “un poco lejos de la orilla”. Casi hasta me preocupé. Vale, sí, me entró un ataque de pánico en silencio. Me dí la vuelta dispuesta a volver a la orilla de la playa, pero claro, ahí estaba detrás mío la maravillosa ola gigante que me quería dar una sorpresa. Por supuesto que lo consiguió, mandándome con fuerza hacia la orilla, no sin antes golpearme con la arena del suelo. Al final, señores, sobreviví. Pero aquí sigo traumatizada por un maldito niño que me hizo encontrarme con aquella ola.

Como veis, todo fue culpa del niño.

Sigue tu camino, no el de los demás 22/09/13
Últimamente, la gente piensa que su camino va a ser mejor si se parece al que llevan los demás. No sé si es últimamente o siempre ha sido así, pero yo me he ido dando cuenta estos últimos meses, y personalmente no lo entiendo. Cada uno tiene su propio camino, su propia vida, y es la que tiene que seguir, ¿no? A lo que quiero llegar es que no dejo de ver a gente que va perdiendo la poca personalidad que le queda, sólo para imitar la de los demás, creyendo que así serán mejores. Mejores en el sentido de ser más populares, no sé. A mí lo único que me da es risa. Al principio, no dejaba de darle vueltas al asunto, ya que los que más personalidad perdían cambiando su aspecto, eran los que más éxito llegaban a tener. Pero al fin y al cabo, ¿qué éxito era si no eran ellos mismos? ¿De qué servía si reflejaban ser lo que no eran? Por eso mismo me acabó dando risa. Por gente así no merecía la pena ni pensar. Así que, os digo que sigáis vuestro propio camino, vuestra propia vida, porque al final, será eso lo que os llevará a la felicidad, por ser vosotros mismos, por ser especiales. Y sobre todo, por ser fuertes y no caer en la tentación de ser como los demás, sólo para llamar la atención. Seguid vuestro camino, no el de los demás.

Reflexión número infinito 13/10/13
¿Llevas mucho tiempo caminando? Sea cual sea tu respuesta, sigue, la vida avanza, por tanto tú también debes hacerlo. Está permitido parar, descansar y respirar hondo, con tal de que luego sigas caminando. Pero nunca rendirse ni volver atrás. Nunca. Por poder, puedes mirar atrás, sólo mirar, aunque con cuidado de no chocar con lo que viene por delante, porque el no mirar por dónde vas, puede acabar en un buen golpe. En las tristezas, cáete, desahógate, llora. Al final de la caída encontrarás el impulso que necesites para volver arriba. En las alegrías, ríe, sonríe y llora. Pero esta vez, llora de risa, de felicidad. Pero ante todo, no te olvides de seguir caminando, es bueno para la salud, para tu cuerpo, mente y la mismísima vida.