¿Qué es esto que llevo dentro? El dolor que siento en cada momento. Ya no siento, la felicidad se ha ido como vino, se la ha llevado el viento. No dejo de caerme y levantarme intento, pero las esperanzas y las ilusiones acaban desapareciendo. Soy muy negativa, lo sé, lo siento. Pero es un reflejo de mi sentimiento, de lo que me llena de oscuridad aquí adentro. Veo el reflejo del espejo, lo veo descontento. Y termino en llanto, como de costumbre, y mi alma encoge y va creciendo. Va creciendo el dragón que llevo dentro. Escupe llamas, me quema, ardo, lo siento. Me destruye poco a poco mientras callo. Acabará explotando, lo presiento. El dragón es cada vez más agresivo, cuando escucha mi lamento, cuando me siento muerta, sin encanto. A veces me llama, me dice que lo libere, me grita, me asusta, me irrita. Me asesina poco a poco. Lucho cada día contra el dragón que yace en mi alma, en mi interior. Lo único que hace es aumentar mi temblor, porque es peligroso su furor.
Aunque no es su culpa. El dragón nació del sufrimiento, del dolor acumulado, del recuerdo de cada mal momento. No he sabido destruirlo a tiempo, y ahora es él quien domina mi sentimiento descontento. Es parte de mí, cada llama que me quema es un dolor que entiendo. Porque lo merezco, porque el dolor es quien con vida me sigue manteniendo.
Gracias dolor, gracias por regalarme este dragón que me mata y me hiere por dentro, para así sentirme viva y no perder nunca mi aliento.
A.F.
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