Dolor indoloro que inunda la mente. Sólo se siente cuando tú estás presente. Duele pero no duele, es confuso e hiriente. Es a mi alma perteneciente y hace de mí algo casi inexistente. Pero es un dolor cálido, un dolor que gusta, aunque a veces asusta. Asusta no tenerte, cuando nunca pensé en perderte. Nunca supe asimilarlo, aún menos superarlo. Pero sigues aquí, porque te tengo en mí, eres mi dolor. Y por eso no me duele. No siempre gana el que no pierde. A veces tan sólo pierde el que más quiere. Yo te quise más, yo soy la que te prefiere. Es frío el amor del que no te quiere. Pero es amor y también se siente. Por eso a veces el dolor no duele, porque sientes tu muerte y no lo temes. Porque en el fondo lo prefieres. Y sabes que lo quieres. Siento un dolor que me duele. Vivo para el dolor que me envuelve. Muero para vivir en un mundo menos hiriente. Y así ya no duele el no tenerte.
A.F.
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